lunes, 3 de febrero de 2014

PURA VIDA

Hola enano, ya estoy contigo otra vez. Y es que no sales de mi cabeza aunque esta se halle paseando por una playa de Marruecos con el tablón bajo el brazo, o charlando con tu madre en una taberna dublinesa con varias pintas de Guiness vacías en la mesa. Tal vez parezca que conduzco distraído entre Ferrol y Valdoviño por la carretera de Meirás, observando como han cambiado las casas desde que tus abuelos me llevaban siendo yo niño, o recordando el antiguo trazado y las historias que nos sucedían en cada curva, pero en realidad guío el coche intentando escudriñar en mi mente, como haré para explicarte ciertas cosas de este mundo loco, y como trataré de soportar la última ola de mi serie, que me llevará lejos de ti para siempre y hará imposible volver a verte. Ese precipicio me hace temblar Lolo, pero en esos momentos seguro que saldrá lo mejor de mi, y sabré afrontar mi regreso final a la orilla, con dignidad y nobleza, o eso espero.
Ser padre. Que dos palabras! Oigo que es difícil, importante y crucial. Oigo que ser padre, es un verdadero reto y que hay que estar preparado para ello de una manera plena y consciente. Que hay que ser responsable y moralmente apto para la tarea. Que la vida adquiere sentido en el momento de ser padre y que ya deja de existir el tiempo propio de cada uno como persona, para dedicarse por completo a la tarea de ENSEÑAR. Oigo tantas gilipolleces hijo!!

Todos esos ineptos aprendices de autómata, que preocupados se alzan ante la tarea de sus vidas, olvidándose sin querer o adrede, de que precisamente sus vidas son la única tarea, ya que en ella se agrupan todas las cosas, incluida la de ser padre, son curiosos de observar. Se concentran cuando ante ellos os plantáis inocentes preguntando por el sabor de la hierba, o el color de los extraterrestres. Se cuadran marciales ante cualquier insinuación vuestra sobre los pitos o las tetas, los besos en la boca o la forma de cohesión social ante el empuje global por la compra de tablets, aifons o gusanitos de maíz. Pobriños, sed comprensivos y no los abandonéis cuando desolados y ya viejecitos, se frustren ante vuestras posibilidades. No os riáis cuando digan o se intuya que piensan que cualquier tiempo pasado fue mejor, y que antes la juventud tenía otros valores y era más....... más, lo que sea!!
Ellos, de muchachos escucharon esas mismas palabras, pero estaban demasiado ocupados en ejercer de adultos como para pensar en ellas, y ver que están equivocadas. Y que no hay mayor error que redundar en una falsa creencia.
Ser padre. Ves Lolo, aquí existe otro lío. Ellos se sienten importantes. Son los consejeros, instructores y maestros del futuro. Su labor transcenderá y se reconocerá su infinito mérito si os doctoráis en cualquier cosa que les haga salivar ante otros que como ellos, se encumbran en la batalla total, para enderezar varas y hacerlas inquebrantables, desconociendo que el verdadero valor de una rama es no convertirse en estaca recia, si no en madero flexible. Y desconocen lo fundamental, por estar tan concentrados en ellos mismos y en su paternidad, y es que ser hijo es lo verdaderamente vital.
Yo soy padre gracias a ti, y lo soy cada vez que me miras. Y es mi vida, la que supuestamente te enseñará algo, como yo aprendo de la vida de los míos.
Pensarás mucho cuando vayas creciendo en las cosas que hicieron tus padres, y en como vivían, por donde pasaron y en que discurrían, pero tan solo una es importante Lolocho, que la vida es un rato y que hay que vivirla. No pierdas el tiempo y sal ahí fuera, huele, prueba y tócalo todo, que cuando te des cuenta llega esa ola. Esa que aún sin querer todos remamos, y lo infinito llega a su fin. Y lo que queda son sensaciones de lo vivido, y si todo al final compensa y las experiencias son al cien por cien honestas e intensas, transmitirlas es la mejor de ellas y una buena escuela.
Un beso del pesado de tu padre.

1 comentarios:

Arancha dijo...

Házle caso a tu padre!! Ante todo vive la vida intensamente!! Un beso