miércoles, 5 de diciembre de 2012

El Ocho Y Medio

Aquello fue más que un coche.
Perteneció toda la vida, al que hoy es mi suegro, y el de mi hermano. Pero un buen día este último se hizo con el. Era algo más que un Seat 600, y algo menos que un Sinca 1000. Estaba en el medio, y un poquito más. Un "maravilloso" Seat 850 azul.
Debía correr el año 1987, cuando vino a nosotros. Y me dí cuenta que pasaba a formar parte de nuestra revolución, cuando mi hermano colgó el muñeco de Wilbur Cookmeyer del retrovisor. En el preciso momento en que el surf pasaba a formar parte por fin, de nuestros inviernos. Y gracias a el nos movíamos desde Villarrube a Campelo, libres en busca del baño perfecto.
Como nos metíamos allí dentro, es un misterio, porque grande no era. Pequeño y estrechito, incómodo, húmedo y como no decirlo, sucio. Evidentemente era lento, pero divertido.
Recuerdo su acelerador pegado al suelo, y sus espejos móviles.....por el viento. Recuerdo que al encender el "radio-cassete" el limpiaparabrisas paraba. Que el intermitente encendía la luz de freno, que por supuesto no funcionaba al pisar el pedal correspondiente. Recuerdo los remiendos de urgencia con fibra Excell y resina Silmar. Las alfombrillas de goma que se encharcaban cuando llovía.
Anécdotas miles. Pero la del palito, una de las mejores........
Estaban asfaltando la antigua carretera de Castro, y a la altura de las curvas de San Bartolo, al final de la recta en bajada, vimos una fila de coches parada junto a un hombrecito con casco y una señal de Stop en la mano. Era sábado por la mañana, muy temprano, y nos dirigíamos a la playa, a hacer surf, como no? Eramos cuatro, Luis, Carlitos Nito, yo y otro que presumo que era Vari, por eso íbamos por Castro en vez de por Meirás. Total, 100 km/h en bajada libre, 350 kg. de humanidades, y unos frenos de bicicleta gastados nos jugaron una mala pasada. Los coches y el hombrecito, cada vez más cerca, el pedal del freno hundido hasta la chapa, y nuestra pequeña bombona azul cada vez más rápido. Llegamos a unos 100 metros del atasco, y un corte en el asfalto nuevo, nos hizo volar como a un coche de rally. Cabezas contra el techo, ¡PUM! las risas empezaban a desencajarse, el hombrecito braceaba con la señal como si hubiera visto al diablo con ruedas, los coches estaban cerca, muy cerca. Luis, tras el salto, hundió de nuevo el pedal de freno, y al parecer el cable reaccionaba, eso sí parabamos muuuuuuuuy despacio....... no había más remedio que tirarse al arcén. COÑO, que estaba de mi lado aún encima. -Nos la damos dije...- pero el coche se detenía, paralelo a los coches en fila. Por la cuneta adelantamos a unos cuantos, que se agarraban fuertemente al volante. Al fin nos detuvimos. Y a reir!!!
Hubo más. Innumerables, pero aquella me trae buenos recuerdos. Debía de ser primavera, hacía sol y frío. Pantín de metrazo y medio y solos, nos hizo olvidar lo sucedido. Y al mediodía el calor ya se notaba, al salir del agua para acercarnos a La Ramalleira a comer unos callos, por trescientas pesetas. Y todo gracias al ocho y medio.
Todo eso me hace reflexionar, y ahora que os veo a todos con aire acondicionado, elevalunas eléctricos, control de tracción, EBS, ABS, AIR COMET, FUCK OFF y todas esas mariconadas que traen ahora los coches. Con techos solares, olor a salón, mesitas para el DVD, conexión a internet...... pienso y os pregunto: QUE COCHE OS HIZO MAS FELIZ??
Yo creo que todos o la gran mayoría, aún teniendo modelos distintos, respondereis lo mismo....... el primero!! Aquel que con menos os dió más!! El único que os concedió la libertad, y no la esclavitud. El único que os importó de verdad, y que os permitió ser vosotros mismos, sin necesidad de ser mejores que nadie.
Pues esto va por aquellos trastos que nos llevaron y nos trajeron, con personalidad.

martes, 4 de diciembre de 2012

Así Debe Ser

Y es ahora, cuando me miro por primera vez en muchos años, y veo en lo que me he convertido, cuando recuerdo el olor de aquellas madrugadas haciendo que estudiaba. Calculando que edad tendría en el año, 2020 y suponiendo como sería mi vida por aquel entonces. Tan viejo.
Recuerdo la estufa que me daba calor, recuerdo el reloj de barco que impaciente miraba cada minuto, pendiente del momento de salir corriendo a la ducha, para después abrir la puerta y salir a la calle.
Recuerdo el sonido de los coches pitando, el humo entre la acera y mi nariz. Aquel frío que me hacía sentir bien, tan temprano y ya libre, en la mañana que atesoraba tantas esperanzas...
Huelo mil olores aún, cambiaban cada trimestre. En ocasiones cada semana..... me enamoraba de Noelia, de Pili, de Teresa, de Virginia, de Paula, de Ana, de Maite, de Susana...... cientos de fragancias. Se puede decir que para nada, aunque yo creo que todas, sin saberlo fueron mias en algún recóndito rincón, de mis aventuras imaginadas.
Porque yo, iba a ser aventurero, esplorador, surfer indómito, escritor indomable, rebelde sin causa, jugador de la NBA y hasta libertador del mundo en algún momento. Y me quedé en Ricardo.
Y ahí es donde entras tu. El que me sigue a todas partes. El que me mira riéndose, e imita todas mis payasadas. El que pasa todo el día junto a mi, y me dice: -te quiero! - para desarmarme finalmente. Ese loco enano. Pendenciero, soñador, furioso y tranquilo a la vez. Ese niño que miro y me veo. Ese que cuido tanto, y que invade mi cabeza a cada momento. Ese que jamás puse en mi vida, hasta que llegó. Con el que nunca soñé. Ese que me asustaba cuando no lo conocía aún. Pues ese, Lolo, eres tu. Y a ti te toca hacer realidad tus sueños ahora, que serán tu vida de mañana. Los consigas o te quedes en el intento. Porque los sueños mi amor, son siempre sueños. Tanto los realizados, como los de verdad. Pero eso no cambia su naturaleza, sueños son y así serán vividos. Lo hagamos despiertos o no.