jueves, 5 de junio de 2008

Un Día En La Vida


Tras un bostezo me voy despertando poco a poco. Descalzo me acerco al porche de madera, levanto la guitarra del suelo y descubro la llegada del otoño en el bosque. Mi vista de un hombre de 67 años, cada día me Ayuda menos para lograr ver el trozo de mar que se distingue entre los árboles a la izquierda del jardín. Desde hace veintisiete años, recorro la orilla de Quarry Men Beach, mirando el mar y pensando en las noches que mi padre, marino mercante, ha desperdiciado buscando en el horizonte un punto de referencia. Hoy no iré de paseo, parece un Cielo con Diamantes, y augura lluvia.
Después de tomarme el primer café, protejo mi rapada cabeza del frío con un gorro de lana, y enciendo el coche. Sintonizo radio-Ringo y conduzco escuchando el último disco de R.E.M. Me dirijo al pueblo de Epstein, a diez minutos escasos de mi casa y donde, cada vecino tiene un Campo de Fresas. Son famosas en todo el estado y decoran de rojo los lados de la carretera.
Ya aparcado frente a Blue Jay Way, la tienda de instrumentos musicales, enciendo un cigarrillo, y paseo hasta su interior. Mark Chapman es el dueño y amigo desde hace años. La tienda, toda en Madera Noruega, recuerda a los pubs de Liverpool de mediados del siglo pasado. La Luz Interior del cuarto del fondo está encendida, así que me decido por ir a tocar un poco.
Con los cascos puestos, siempre tuve la sensación de que un silencio atronador viaja A través del Universo, hacia el Rey Sol.
Me sumerjo durante una hora en un concierto imaginario, con un batería programado junto a un bajista virtual. No es lo mismo que antes, pero las notas viajan por mis nervios como una Revolución de Sueños Dorados, Mientras mi Guitarra Gime Dulcemente.

Mark y yo salimos a visitar a Julia, una amiga de la infancia de Mark, que está de Cumpleaños. Vive en las afueras y tras un Largo y Ventoso Camino, vemos la casa. Su marido, Mr. Mustard, como un Tonto en la Colina, cultiva la Trufa de la Col, junto a esplendidos Campos de Fresas. Son una pareja rara y Ella Entra A Través de la Ventana del Cuarto de Baño mientras yo, Actúo Naturalmente.
Julia nos cuenta que Ayer llamó al Dr. Robert para pedirle unas pastillas para la espalda. Mark y yo sonreímos y sabemos que esas pastillas son la vía de escape a una vida rutinaria.
Nos despedimos y me dirijo al Norte, al bar de Maggie Mae. Detrás de la barra parece la reina del mundo. Llevo años comiendo en esa mesa y durmiendo Ocho Días a la Semana en su cama..... aunque quizás sólo lo Imagine.
Me cuenta que Anoche fue un Duro Día de Trabajo y yo, que soy un Tipo Celoso, le pregunto si durmió sola.
Sentado a media tarde en el jardín, repaso los últimos años de Mi Vida, y los comparo con la primera mitad. Estoy Muy Cansado. Me acuerdo de lo que sentía en las noches de Hamburgo, y la soledad en un concierto con cincuenta mil personas. Aún huelo el aroma de los estudios en Abbey, y las noches de Rock & Roll. Pero esto es lo que quise siempre, un mundo a mi medida, donde Darle Una Oportunidad a la Paz y Fundar el Club del Sargento Pimienta. Un club con un sólo miembro, sólo y anónimo. Como un Héroe de la Clase Trabajadora. Como una Morsa.

John Lennon -Dakota- 05/06/2008