miércoles, 8 de abril de 2009

Tony Lopez, "El Mexicano"

A veces me río en este blog, de las cosas que escribo o de algún comentario.
Pero, es bien cierto, que mi humor es especial, pocos encontrareis divertidas muchas de las cosas de las que me río yo. Quizás algún amigo de los que pasáis por aquí y me conocéis bien, si os reiréis.....
Hoy me apetece reír. Pero bien alto.
Algunos no lo conocéis, incluso yo, no lo conozco demasiado. Pero su mirada y sus formas, lo delatan como un gran tipo. Fiel, y leal a su familia, estoy seguro que, es de esas personas que no te venden a ningún precio.
De trato correcto y comentarios contenidos, casi nunca dice nada fuera de tono....
Creo que aún nos queda mucho por escribrir de Tony, "O Rey De Marnela".

La canción, la descubrí hace ya tres meses. Uno de esos discos raros que me bajo de vez en cuando(aún lo tengo).
Después de ponérsela a Aran y llorar de la risa, decidí no borrarla para compartirla con el, pero estaba en mp4, y nunca tuve tiempo para pasarla a otro formato y subirla al programa este del "goear"....
Bueno os dejo con la canción, que a buen seguro, en sus primeros segundos, os dará una sorpresa....
Tony: te la regalo para sintonía de tu blog!!
http://tonylopex.blogspot.com/



MAGDALENA


Siempre lo vi caminando despacio, con un ligero vaivén, que delataba el paso de los años por su maltratada cadera.
Vaqueros gastados, jerseys de punto y chubasquero de los de plástico amarillo o verde. Pucho de lana y botas de agua. El salitre labró surcos en su cara y en sus manos, y supongo que ese mismo salitre actuaba como pócima mágica, cuando tras atravesar sus fosas nasales, llenaba sus pulmones y saturaba su cerebro de ese olor, que muchos conocemos, a libertad.
Alguna vez llegué a pensar que la orilla del mar en La Playa, estaba más baja que el resto de la arena, por el desgaste de sus pasos durante años.
Una caña, un cesto de mimbre y un pequeño perro, eran todo lo que necesitaba para pasar un "día de pesca", que dicen los turistas.
Pero el pescaba. Las lubinas le hablaban, las gaviotas le temían, les sacaba sus viandas, y los playeros le respetaban.
Recuerdo estar un día en el paseo mirando las olas y los pescadores en la orilla, y verlo acercarse paseando por enfrente de la piscina, con su inseparable chucho. Manos en los bolsillos y ojos entrecerrados.
- Coño, -le dije- hoxe que tes bastante competencia ¿non vas pescar?
- Hoxe eses, non pescan nada....- me respondió.
Edu se acordará bien, ya que estaba conmigo aquel día.
No se si era sabiduría, experiencia, suerte, o que el mismo era la reencarnación del flautista de Hamelin, pero con róbalos en vez de ratones.

Ahora las gaviotas están sobrealimentadas en A Frouxeira, ya no les falta el alimento. La Percebelleira no luce tan bonita en los ocasos, sin la silueta perfilada de "Magdalena". El Pescador se fue.
Me lo imagino lanzando en un mar interminable de azules turquesa y sin viento. Con un viejo chivo, y arruinando las reservas de pescado del mar de Genesaret, allá en el paraíso.