viernes, 19 de septiembre de 2008

Eduardo Galeano, Espejos


Desde la ignorancia de mi persona, hoy quería recomendar un libro.
Su autor, Eduardo Galeano, creo que uruguayo, y su titulo, Espejos.
Son pequeños relatos basados en los personajes, los sitios o las circunstancias, que los libros de historia no incluyen.
Es una historia universal alternativa, o no.
No me atrevo a contar más, ya que carezco de los recursos necesarios y desconozco la manera de hacerlo sin destripar, alguna de las entrañas que Galeano narra.
Tendencioso? Bueno quizás un poquito, pero socialmente desgarrador y revelador.
Editorial: Siglo XXI

Algunas perlas: Nada es suficiente para quienes lo suficiente es poco

Queriendo castigarnos, Dios nos hizo el favor de salvarnos del aburrimiento de la lengua única.

Invierno de 1936, Sevilla. Un andrajoso pasea mientras un señor a caballo, recorriendo sus tierras, lo llama y le da una moneda y una lista electoral. El hombre deja caer las dos y dice: -En mi hambre mando yo.

No Soy Distinto A ellos


Desde luego no tengo ni un ápice de afán intelectual. Más bien soy un rudo habitante del país del Norte, con su niebla, sus vacas, sus arados y esa tristeza melancólica que despereza nuestras ansias poéticas. Como dirían muchos "mesetarios", soy un gallego bruto, con los dedos como percebes de currar en la tierra y la piel cultivada de arrugas y curtida al "xabre" y al sol.
Me llama la atención en los últimos tiempos, una tendencia a la sofisticación en las maneras, en el vestir y en el modo de presentarse ante los demás de muchos de mis congéneres. Por descontado, artificial.
Se lleva la "ñoñería" artificiosa, el punto diferenciador y el alejamiento absoluto de la realidad sincera de como somos. Se lleva la mentira, la verdad engañosa, y el gesto rebuscado.
Personas que cambian su acento dependiendo de con quién hablen. Personas que usan su vivienda para construir la fachada de la imagen exclusiva que desean mostrar. Personas que esconden su vulgaridad tras objetos caros y peculiares, con motor o sin el, que los aupen un escalón más hacia lo que ellos creen el pináculo de la sociedad. Personas que hacen lo contrario de lo que piensan y dicen lo mismo que escuchan. Personas apropiadas, cabales, educadas, corteses, finas, delicadas, discretas...... o sea: presentables.
Cada vez, intentan diferenciarse más del resto. Un resto que, para ellos, somos toscos, groseros, salvajes...... simplemente por mostrarnos como somos. Honestos.
Hace tiempo, un amigo llamado Carro, dueño de un Pub, aquí en Valdoviño y ahora terrateniente de la primera hora de la noche ferrolana, en una de esas veladas, lúgubres, etílicas y malditas, en las que mientras el contaba cuentos (es el mejor), yo ponía y bebía copas, y mis amigos reían, fumaban y apuraban la vida, nunca más allá de lo debido. Carro, nos contó la historia de una de estas personas de las que hablo. Universitaria, veraneante y mesetaria. Que no entendía, después de pasar en Galicia, treinta y cinco veranos, nada de Gallego y le pareció mal que el "mesonero", Carro, se dirigiera a ella en su idioma materno, como venía haciendo cada verano, pues ella era cliente habitual y nunca nada había pasado.
Tras un rato de amigable charla, ella adujo que tenía un master y no se cuantos títulos más, y Carro la miro, con aire de tabernero marrullero y le espetó: -Ti? Ti o que tes e un master en parva! (español: master en tonta, tonta, tonta)

Así que ya sabéis, aplicaros el cuento y acortad las miras, menguad las diferencias y mostraos como sois. Ampliad vuestro cariño, ensanchad vuestra afinidad y dad rienda suelta a vuestra integridad, dignidad, honor y honradez. Por favor, no seamos parvos!
Foto: Carlos Ferreira. http://www.flickr.com/photos/carlosfr/