martes, 23 de julio de 2013

Crónica De Un Rust Que Nunca Fue

Palabras amables. Dulces. Cariñosas. Palabras llenas de agradables recuerdos y repletas de ensortijadas metáforas que se funden con el alma. Esas las sabemos escribir.
Recuerdos. De momentos inacabados, con amigos insospechados hace unos años. De canciones dulces, y ásperas. Recuerdos de sonrisas infinitas y placeres desbordados por compartir un sentimiento común. Esos no nos los robaron.
Canciones. De amor siempre. Sin un fin en concreto, tan solo canciones en el aire de un castillo sin par. Canciones frágilmente duras con cortantes recovecos y afilados estribillos.
Miles de canciones, y al final sólo una.
No es regalar si esperas contra prestación de algún tipo. No es organizar altruistamente, si deseas reconocimiento y repetición cíclica. No es colaborar, si te olvidas de quien te abrió la puerta y ni lo nombras. No es tuyo si nunca estás. Ni lo fue, ni lo será.
Muchos podemos hilar esas palabras con los recuerdos. Y pensar en las canciones. Hacer textos entretenidos, llenos de un vacío mortal en el alma. Hacer textos engalanados, para esconder fines vanidosos y perdurar. Hacer textos y perdurar. A quien le importa?
Podemos permanecer callados, y que otros llenen de colores un fondo en blanco y negro. Pero no es nuestro estilo, mi estilo.
Cansado ya de escuchar hermosas palabras rellenas de sirope, tengo derecho al pataleo. Por mi, y por muchos otros que se han quejado de innumerables faltas.
Muchos podemos hacer textos de oro con los desplantes recibidos, y no lo hacemos.
Simplemente este no ha sido un Rust Fest, el año que viene esperamos asistir al IV, y que este quede como otro escalón que alguien decidió subir, pisando a los que nunca tuvo en consideración, ni le importaban nada. Subir, no para otear mejor, si no para que otros le vean bien. Subir, para suplir sus carencias con agasajos de miel y baba.
Jamás estará esta crónica donde debe estar. Lo sé. Pero para reconocer el paisaje, es necesario, también, descender a las cuevas, meterse en el lodo y rebuscar entre los detritus. Ahí es donde está el TODO. En los campos verdes meciéndose al viento, las almenas altivas y esplendorosas, y en los páramos yermos donde se luchan las batallas. Y que suelen quedar llenos de despojos y cadáveres olvidados.
Al final, este escrito no es una POM, pero los que me conocéis, sabéis que es SOULFULL al 100%..
HOW COULD PEOPLE GET SO UNKIND!!

0 comentarios: