La noche en Africa no es tan negra. La luna y las estrellas iluminan el ambiente haciendo que cada sombra dibuje el perfil exacto de lo que la produce.
He decidido pasar la noche con De Groot, en su camión. En una calle de Nyaake, en la que al parecer, hay un mercado todas las mañanas.
Dando un paseo esta tarde, he visto muchos niños trabajando de limpiabotas, lavando ropa en las calles y transportando mercancía en unos carritos con ruedas de bicicleta. Había miedo en sus ojos, y una profunda mirada de incertidumbre. Parece como si anduvieran sin saber hacia donde. Te miran como interrogándote. Estoy seguro de que es así. Debo evitar sentir rabia ante estas cosas, ya que me pueden delatar. pero ni todos estos años de experiencias similares me han vacunado contra estos abusos.
Al contrario, los adultos, parecen transitar tranquilos y con una indiferencia natural, que sorprende. Sobretodo en un país con tantas dosis de violencia, donde la vida es un artículo en permanente compra/venta.
Grupos de escolares en impolutas camisas blancas y pantalones negros, bromean mientras regresan a casa de la escuela. Pocas niñas. Aquí la escuela es algo practicamente vedado a las mujeres de las clases más bajas. Las niñas son necesarias para el trabajo en casa. Ya sea la vivienda propia, o de alguna familia con posibilidades de mantenerlas como criadas.
Al llegar a una comisaría de policía, me di cuenta que estaba saliendo del límite "apropiado" para un hombre extranjero y blanco. Cierto ambiente de alcohol y prostitución comenzaba a rodearme, mientras caminaba hacia la puesta de sol. Decidí regresar a la falsa seguridad del camión, no sin antes parar en un negocio local, y comprar algo de pan y fruta. El agua envasada me fue realmente imposible de encontrar, así que unas latas de cerveza liberiana Club Beer, satisfarán a mi hospitalario holandés, y me regalarán un momento de descanso tras la cena.
Mentalmente debo hacer mis ejercicios diarios para recordar los datos imprescindibles a la hora de afrontar mañana a mi enlace en Greenville. Un hombre negro de unos 30 años, fuerte, con camiseta roja y pantalón negro. Un sombrero blanco, con una cinta rota será lo que más lo diferencie del resto de hombres negros de 30 años y fuertes en camiseta roja que estoy viendo... joder con los servicios secretos.
Fumar y beber era lo único en lo que pensaba mientras volvía. Este calor llega a desconcentrarme de tal manera que, estuve a punto de perderme en mi regreso. Algo que sería fatal. Debo mantener la mente fría.
Ya veo el trailer, y a De Groot en una taberna cercana.
jueves, 16 de diciembre de 2010
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4 comentarios:
Buff Richi, no te planteaste pedir trabajo en algún periódico?? Muy bueno!! Lo narras tan claro, que parece que estoy viendo a esa gente luchando por sobrevivir!! Me encanta!!
Ya me ha enganchado el relato. Ves como tienes potencial!!! Porque que esto me pase a mi precisamente...
En un periódico?? ja ja ja
Potencial tengo claro. Sobretodo en el tren inferior. estos muslos como rocas..... ja ja ja
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