jueves, 25 de marzo de 2010
Un Tramo Más
La tormenta no se deja ver.
La intuyo en mi interior cuando apareces.
Hacer como que me tropiezo y encontrarte
es el comienzo de una baza fundamental.
Siempre con las mismas viejas cartas marcadas.
No recuerdo verte llorar.
Desde lejos, al oírte, percibo el vacío de mi ausencia.
Sospecho que, ajena al influjo de mi esencia,
te has adentrado en tu camino.
Este es tu momento. Disfrútalo.
Me pregunto quien estará contigo esta noche.
Quien te abrazará.
Yo mientras, cabalgando entre los truenos,
no pido clemencia.
Ya curtido, continuo una batalla
sin final.
Hasta mi último día,
tu fuego me acompañará siempre.
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