"Groselandia vivía permanentemente bajo una ligera niebla, que la mantenía a salvo de miradas codiciosas.
La isla y sus habitantes permanecían anclados a otra época. Una, en la que todo lo que se deseaba, era disfrutar del tiempo concedido hasta el próximo amanecer.
Ellos la llamaban Turlulu."
Así comenzaba lo que iba a ser el próximo cuento o relato que me apetecía escribir, pero la cabeza me llevó hacia otro lado al querer continuar la historia.
Y no es que Groselandia, Turlulu a partir de ahora, no me tuviera cogido por los "emblemas", es que quizás otro día el desarrollo sería menos traumático, o descorazonador.
Que se interpuso entre mis sienes tras escribir el punto y aparte después de Turlulu? Pues muy fácil, Turlulu mismo.
Y es que tras la pantalla en blanco, debajo del primer párrafo, se hallan todas las cosas que uno puede imaginar. Y eso a veces, resulta intrigante. Además, no me negaréis que los primeros párrafos o estrofas no asemejan , en gran medida, una rampa de despegue infinita para lo que viene a continuación. Suenan poéticos, sugestivos, eróticos y hasta prosopopéyicos en algún caso. Dioses!! que retórica y estrafalariamente ridículo me siento tras esta frase. Pero es cierto, alguien debería de hacer un compendio de primeros párrafos de libros, canciones o películas que realmente tengan categoría en si mismos de obra de arte.
Algunos ejemplos:
La Biblia: "En el principio creó Dios los cielos y la tierra"
No me digáis que no es molón? Fantasía sí, pero abre una ventana infinita a la imaginación, y otra a los osados que hicieron de esta frase el emblema de una fulgurante empresa.
La Metamorfosis: "Cuando Gregorio Samsa se despertó una mañana, después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto"
Que me decís? Como para dejar de leer justo tras esta frase...... brutal y genial, sí.
Memorias de África: "Yo tenía una granja en África, al pie de las colinas de Ngong"
Toma ya!! A ver que pasaba en esas colinas, porque de la granja no creo que vayan a hablar!!
El Quijote: "En un lugar de La Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme..."
Pues bien, aquí la mayoría de los mortales siguieron leyendo. Yo no pardiez!! A ver por que el desgraciado Cervantes no quería acordarse del nombre de ese lugar? Pues hasta aquí hemos llegado Don Miguel y yo. Hasta que lo recuerde, no pienso leer el Quijote.
El Cromosoma: "Hace tiempo que me importa un comino, que el último jalón de mi camino, caiga lejos de Roma..."
ENORME Javier Krahe, como no seguir escuchando esa canción?
El Gran Miércoles: "Recuerdo aquel viento de nuestra infancia.Un viento que soplaba por el desfiladero. Un viento caliente llamado Santana, que traía el olor de lugares cálidos"
Claro, como no? Ahí todos sentados con la boca abierta clavados a la pantalla para ver a Matt, Jack y Leroy.
Total, en resumidas cuentas, la primera frase, párrafo o estrofa cuenta y mucho. Así que yo, tras escribir ese empiezo de Turlulu, me trasladé sin quererlo, a aquella isla. Se me antojó pequeña, verde y amarilla. Plantas y arena. Azul. El mar. Y con un olor dulce, casi empalagoso, como huelen las cocinas a media tarde tras hornear una bolla.
Groselandia, Turlulu, sigue allí. Así que volveré, eso sí, pasando por alto esa primera frase.
jueves, 16 de enero de 2014
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