Pese a las borracheras contínuas, y a los empachos de tu cuerpo, no me posee la resaca, ni me empalagan tus besos.
Así que querida mía, preparémosnos para otro festejo. Que no pase hoy el lucero sin que tu cuerpo se torne en brasero. Y funda sin compasión, antes de que mengüe, mi acero.
lunes, 2 de junio de 2014
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