Sin distracciones.
Respirando mis exhalaciones.
Oliendo mi interior. Buscándolo.
En silencio. Completo. Ausente.
Con los párpados cerrados, y los ojos más abiertos que nunca.
Mirando poco y viéndolo todo.
Saboreando el transcurso de los segundos. Tomando aire.
Saboreando el transcurso de los segundos. Tomando aire.
En la cumbre de mi existencia. En el completo conocimiento de mi mismo.
Tan solo como pueda.
Sin rechazos, y sin prejuicios. Respetándome.
Asumiendo las miserias, y dejando espacio a las grandezas.
Con paciencia, llegando al infinito final de mi mismo.
Observando el paisaje. Siendo parte de el.
Aceptando sonreír para siempre, por un momento de lucidez.
Tanteando el caos. Pretendiendo mantenerlo en su forma lógica. Sin brusquedad.
Suave.
Tan solo como pueda.
Con perspectiva. Desde la distancia total. En el futuro perpetuo.
En armonía. Honesto. Preservando mi postura. Erguido, pero humilde.
Bajo el legado de los años perdidos. Libre de moral común, del pensamiento único.
Fértil. Desocupado. Sin necesidades. Solamente yo.
En blanco. Mojado con la lluvia. Y caliente con el Sol.
Sin refugios innecesarios. Expuesto al juicio final.
Inventando la fábula definitiva. A la caza de la utopía soñada.
Encontrando la paz. En sosiego.
Sin histerias. Conservando el humor.
Tan solo como pueda.
Sin nadie, pero conmigo por primera vez.
Sin nadie, pero conmigo por primera vez.
Sin nadie, y en soledad.
Tan solo como siempre
Tan solo como siempre
Tan solo como siempre
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