jueves, 23 de abril de 2009
Mira Parece Que Abre
No hay como mi playa, para aprender a no caerte de la tabla.
En otras playas, con buenas olas, aprendes a hacer cosas que les molan a las chicas y te dan una categoría entre los colegas que es igual de molona que de efímera. Los reinados acaban y nunca con un buen fin para el rey. (Excepto para KingMatt, el no tiene fin)
En Valdo, esas tonterías no son posibles.
Las olas tienen ese puntito más de fuerza que en las playas vecinas.
El pico es ancho, o por decirlo para que se entienda, no hay un pico definido. Cae una pequeña o grande sección de ola, de la que debes partir aventurándote a no encontrar pared azul por ningún lado. Sólo espuma blanca.
Para colmo ese punto hay que buscarlo, ya que, ahora está aquí y luego allí.
Consecuencia de lo anterior: Cierra !
Cuando misteriosamente te has puesto de pie, y te encuentras con una pared azul gominola delante, pueden ser dos cosas: estás en cama soñando, o bien, por algún designio divino, los dioses te quieren compensar su torpeza al fabricar un mundo tan indigno, y te regalan esa ola en ese preciso momento.
Pues bien, aquí entra a formar parte del juego, el talento de los surfistas o corcheros de mi playa.
Como si de un funambulista se tratara, extiendes los brazos. Uno para el equilibrio y otro para apoyarte en cualquier momento. Y durante todo el trayecto de la ola, generalmente corto, clavas tu ojo izquierdo en la pared a ver por donde va a salir ese hueco extraño, que te hará dar un bote y perder el equilibrio.
Mientras tu otro ojo, el derecho, no pierde detalle de lo que va tramando el labio de la ola delante de ti. NOTA: en Valdo, las olas saben que las vigilamos, y nunca va unido lo que hace el labio, con lo que la pared planea.
Seguimos en nuestra ola. Te queda un ojo, si no hemos contado mal. Ese, que no tiene capacidad de visión, de lo cual todos hemos de dar gracias, se lleva apretado. Tanto mayor es la fuerza de constreñimiento del tercer ojo, cuanto más grande es la ola.
Una vez así colocados, a mis vecinos de playa, sólo les queda una cosa por hacer: Tira pa´lante, hasta donde puedas!
En veranito, que son los baños más gustosos, hay otro factor a tener en cuenta. Los Bañistas.
Ojo, que en Valdo los playeros son esperimentados, y tras años de besar la arena y voltearse en las orilleras, con numerosos dientes rotos y escoceduras de las de puticlub, ahora ya controlan. Atrás quedaron los años en que los veías en la orilla: -aaaaaaayyyyyyyyy Pepeeeeeeeeeeeee non sei se ir pra atrás ou pra diante! o en su versión más mesetaria: -uy uy uy Cariño, creo que esta onda me devuelve a Valladolid sin peajes! ¡JA! sin peajes dice la muy incauta. Allá va con la permanente convertida en rastas arenosas, los pezones colgando a la altura de las rodillas, la nariz plegable y un batiburrillo de dientes sonando cual maracas, dentro de esos labios a lo Esther Cañadas, que no será capaz de abrir en un mes.
Lo dicho, ¿por qué se quedarán mirando la orillera como si fuera una alucinación? Y llegado el momento de tirarse para abajo, pinchar la ola que se dice aquí, cuando está está en su punto más álgido ¿por que deciden echar a correr como vacas en estampida arena arriba? -Locassssssss que no os da tiempo-. Les gritamos.
Bueno creo que me fui del tema.
Bien las orilleras las controlan, después de años de bajas laborales y tobillos rotos. Pero ¿y a los surferos? esos chicos y chicas que aparecieron por la playa hace más o menos 25 años?
¿Qué saben de esta especie nueva en la playa? ¿Qué les lleva a bañarse siempre enfrente del pico? y si te mueves, ¿por qué te siguen?
Pues eso, que ahora en Valdo, también has de esquivarlos. Y a veces, se hace tan difícil...............
Para finalizar, no os preguntéis por que en Valdo no salen buenos surfistas de campeonato. La respuesta es clara y evidente. -Coño, bastante hacemos con mantenernos de pié, o en la ola. Aunque creo que también hay algun otro factor cultural que nos lleva a no competir.
Para mi, son los mejores del mundo, que merito tienen! Y de los corcheros ni hablamos..... nunca vi tanta confianza a meterse en un cerrote negro, arenoso, orillero y brutal como a los corcheros de la derecha. Enhorabuena, seguid así es un orgullo compartir playa con todos vosotros.
Bueno, pues hoy, que hace siete meses que no surfeaba, me di un bañito. En mi playa. La Playa.
No estuvo muy bien, pero con tener la Percebelleira al lado me llega. Paso de buscar olas "guays", me quedo en casa, y además solo........ vaya eso no fue así del todo. Cuando me dispongo a entrar, aparece Verde, un viejo Amigo, que hacía meses que no veía y que sería la última persona que pensaría encontrarme. Un baño en mi Playa y mejor que solo, con un Amigo.
Aaaaaaaaaaaarrrrrrrrrrrrrrrrrrrfffffffffffffffffffffffff...!!!
Encima vinieron Aran y Lolo a buscarme a la orilla. Que más se puede pedir.
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5 comentarios:
¿Se puede pedir una cerveza?
Ante la orillera salvaje, te has dejado al clasico Soldado de la Armada, de acento andaluz y recien llegado a destino...gritando a pleno pulmon....OZUUUUUU!!!! QUILLOOOO!!!!
Un Abrazo.
Richi empiezo a currar con una sonrisa en la cara después de leer esto. Gracias.
Yo suscribo lo de Tony y me apunto a lo de kingmatt, pero...
No te has dejado por el camino esos especimenes orilleros de salla negra remangada por las rodillas y gorro tenístico ó pañoleta, firmemente plantadas en la arena, siempre en pareja, agarradas de la mano y luchando para que no las derribe la resaca cuando regresa para formar otra ola?
AH!!! Que estamos en primavera, coño.
Que buen relato tio.
pero mira que tienes rollo...tienes la playa a huevo...nadie diria que vives en valdoviño
guay guay!
La verdad es que todo lo que sale en el relato los conozco de verlos por allí (y por muchos otros sitios) pero bueno, la verdad es que Valdovo en verano es digno de ver! (y en invierno no veas)
Un saúdo y...al agua patos!
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